Tras varios meses sin tener una normativa clara, se han reducido las medidas de distanciamiento social en Francia para conciertos en interiores con menos de 5.000 personas. El Primer Ministro francés Jean Castex anunció hace unos días que la música en vivo puede regresar después de que las salas fueran cerradas debido al COVID-19 en marzo y reabrieran lentamente con medidas de distanciamiento en su lugar. Una situación que se ha repetido en varios países de la zona.
Sin embargo, añadió que grandes eventos de más de 5.000 personas permanecerán prohibidos hasta noviembre, y que las mascarillas serán obligatorias en todos los lugares de entretenimiento interiores, incluidos los cines.
Castex dijo, según Le Monde: «Le digo al pueblo francés que vaya al cine, que vaya al teatro, que no se arriesga a nada. Tenemos que ir al teatro, al cine, tenemos que apoyar al sector cultural».
La eliminación del distanciamiento social en los lugares no se aplica a las «zonas rojas» en Francia, donde las cifras de infección COVID-19 siguen aumentando. Estoa incluyen a París, partes de Marsella, y la región de Bouches-du-Rhone.
Las noticias se producen en el contexto de un pico del virus, con 5.429 casos confirmados adicionales de COVID-19 en solo 24 horas el pasado miércoles, el día más alto del país desde abril.